Hubo dos sobrevivientes solamente de aquella terrible
escena. Podían ellos también haber muerto pero sin embargo el destino no quiso
ese final aun. Tuvieron suerte, aunque ellos no se dieron cuenta de que semejante
golpe de fortuna los había acompañado hasta ese momento.
La habitación había quedado un desastre, las paredes
todas manchadas de rojo, el liquido descendía hasta llegar al piso y formar
pequeños charcos. Todo estaba muy desordenado. La mayoría de las cosas habían
caído al piso.
Los únicos testigos, ante semejante terror se escondieron
juntos, con los ojos tan abiertos que yo creo que no podían parpadear, seguramente se les habían congelado las
pestañas durante la escena.
Pobrecitos! Que difícil atravesar esa situación, mirar lo
que no querían que sucediera.
Pero ¿por que sucedió eso? ¿Quien había sido el culpable?
Solo ellos dos lo sabían. Habían visto absolutamente todo, habían visto cuando
ese gato negro saltó de la alacena más alta que está en la cocina y fue a dar
con el pomo de kétchup que estaba apoyado justo donde el cayo…las paredes se
tiñeron de rojo, el vaso que tenia vino tinto fue arrojado por la pequeña Philip,
inmediatamente después de que el gato diera su gran salto, para querer ocultar
la mancha de la pared la nena agarró pure y comenzó a pasarlo por las paredes
blancas pensando que ayudaría a sacar las manchas, agarró los trocitos de lechuga y tomate cherry de la
ensalada que estaba en la mesa y armo un
caminito desde la cocina al lavadero (que quedaba uno al lado de otro y donde
vivía ahí siempre su tortuga) pensando que podía ayudar a limpiar todo ese gran
lio que habían hecho si la sobornaba con comida.
Como nada ocurría y pronto saldría su mama del baño
Philip y el gato se escondieron asustados.-